viernes, 27 de noviembre de 2020

Alena Udovenko



 Sólo dos imágenes... y ya pueden causar muchas sensaciones...

Esto es fetiche por la buceadora... nada más cierto.

Saludos.

Mi primera vez


Bueno, y así ocurrió: Una caliente noche de verano en la costa... en casa de unos "tíos" que eran conocidos de mi familia, y yo estaba en mi infancia... conociendo, un poco adelantado pero conociendo

Y en el canal de la zona, según recuerdo, dieron un documental, eran sobre las AMA, buceadoras japonesas con tradición milenaria... 

No estaban necesariamente "vestidas" sino gozaban su desnudez, y ahí me quedé, absorto mirándolas, como se sumergían, como bajaban profundamente a buscar alimento, conchas, peces, coral, lo que fuera que les diera dinero... y al emerger ese hermoso silbido expirando el Co2 (al día de hoy me parece un orgasmo muy sensual).


No me perdía ningún detalle, a mi edad me impresionaba... pero a la vez sentía algo que no me era extraño (ya antes me había excitado con una vecinita algo candente que llegó a vivir a mi barrio hace poco)  y sentí que mi pene se endurecía mucho... traté de disimular lo más que pude mientras mi mente grababa a fuego cada segundo del documental


Recordando ese momento, ya adulto, creo que si lo viera de nuevo gozaría como siempre, disfrutaría esos hermosos cuerpos semidesnudos (usan lo mínimo para no dejar al descubierto la vagina) mientras sus pechos desnudos danzan mientras bucean hacia lo profundo y también cuando ascienden al sentir que se les acaba el aire luego de varios minutos buscando el sustento.



Bueno, terminó el programa y yo seguía muy excitado... mientras mi mente viajaba a ese lugar y veía a esas mujeres bucear incansablemente todo el día durante todo el año...



Terminó el día y nos fuimos a acostar... dormía en una litera, en la cama de abajo según recuerdo, y al meterme a la cama seguía recordando ese documental... recordaba las inmersiones, los cuerpos semidesnudos, el silbido al emerger... y mi pene estaba durísimo, algo tenía que hacer.



 Así que, ya a oscuras... empecé a masturbarme despacio... muy despacio sin que nadie me oyera, con los ojos cerrados mientras me concentraba en las imágenes, esas buceadoras... y terminé acabando intensamente.
Lo siento tía, debí dejarte las sábanas algo tiesas de tanto semen que derramé, porque recuerdo que me masturbé varias veces, el silbido ama desde ese momento siempre me ha excitado.

Y desde ese momento, no me detuve, al crecer seguí buscando, encontrando imágenes, recortando, coleccionando, acabando intensamente...

En la TV, momentos intensos al ver documentales con buceadoras, ahora ya no dan nada, pero me quedan los gratos momentos a solas frente a la TV.

Y desde ese tiempo, mi pasión, mi fetiche, era, es y será... 

La Mujer Buceadora.