La buceadora y su vagina.
(El Excitador, fragmentos)
"Todas las historias narradas por los buceadores de repente me parecieron muy reales y me sentí más sola que nunca. Mientras giraba mi cuerpo, me encontré cara a cara con la cadena del ancla de la boya, justo a tiempo para sentir el suave impacto cuando mis piernas separadas se envolvieron alrededor de la cadena y mi entrepierna se estrelló contra los eslabones de la misma. El martilleo golpeaba el excitador contra mi cuello uterino como venganza. Jadeé intensamente por aire después del orgasmo. Estaba desesperada por respirar, el dolor minaba mis fuerzas. (...)
Con mis brazos me aparté de la cadena, el impulso me llevó algo de distancia hacia un lado. Justo cuando me sentía segura de que estaba fuera de la línea de la cadena, mi regulador se soltó frente a mi máscara, apresuradamente lo agarré y con la purga me lo metí en la boca. Mi pecho se agitó mientras luchaba por controlar mis sentidos, masajeando mi maltrecha vagina mientras me hundía más profundamente. A estas alturas, el excitador palpitaba dentro de mí como nunca lo esperé. (...)
La estimulación fue casi insoportable. Quería contener la respiración para detener el asalto a mi vagina. Traté de contener la respiración, pero con el descenso constante, la presión creció rápidamente alrededor de mi pecho y exhalaba intensamente y tenía que respirar. Me puse en posición fetal sosteniendo mis piernas con mis pantorrillas presionadas fuertemente contra mis muslos en un intento de amortiguar la poderosa vibración. (...)
El traje de neopreno se apretó a mi alrededor durante la peculiar posición de buceo y tuve que concentrarme en cada respiración. A pesar de mis esfuerzos, mi cuerpo se tensó cuando llegué al clímax de nuevo, jadeando por respiraciones superficiales tratando de controlar el excitador enterrado profundamente en mi entrepierna. Una sensación de hormigueo recorrió mi cuerpo, una señal de acumulación de gas nitrógeno. Con mi cuerpo hecho como una pelota comencé a dar vueltas, el aire se escapaba de mi vagina y corría por debajo de mi traje en todas direcciones.(...)
Una mano se dirigió a mi entrepierna y comencé a frotar mi clitoris a través de mi traje, el aire inundó mi escote mientras respiraba con dificultad. Mi cabello se arremolinaba alrededor de mi cabeza, pequeñas burbujas corrían a través a ella. La superficie era un brillo difuso en la distancia. Justo cuando las cosas no podían empeorar más, mi estómago tuvo un espasmo con una contracción muy intensa. El estallido de aire que expulsé impulsó el excitador a un nuevo límite; Mi vagina se apretó de inmediato, los espasmos intensos continuaron conduciéndome hacia otro orgasmo. Mientras tanto, casi por reflejo, mi mano todavía estaba frotando mi clítoris furiosamente, podía decir que mi traje estaba inundado con mis jugos vaginales por la forma en que el neopreno se deslizaba contra mi vagina afeitada. No pasó mucho tiempo antes de que me estremeciera totalmente y nubes de burbujas se asomaron desde mi traje. (...)
Mientras me contorsionaba y estremecía, mi cabeza golpeaba contra el colector de alta presión que conectaba mis tanques de aire. Me retorcí de éxtasis mientras montaba una tercera intensa ola de orgasmos, estaba perdida en el éxtasis de la profundidad del mar. Saqué el regulador de mi boca y apreté el botón de la purga, bañando mi cuello y cara en una tormenta de lujuriosas burbujas. Casi tragué agua de mar cuando deslicé la boquilla de goma de silicona suave del regulador entre mis labios. Lentamente, el orgasmo disminuyó y tuve cierta sensación de control. Las intensas contracciones vaginales seguían destrozando mi cuerpo y desperdiciando un aire precioso. Eso necesitó de una medida desesperada.(...)
Combinado con los efectos de la saturación de nitrógeno, me dejó sin saber qué hacer a continuación. Afortunadamente, ya había inflado mi chaleco y me estaba elevando más allá de los 60 metros cuando miré mi medidor, viendo que tenía 600 PSI de aire. Como una polilla, me sentí atraído por la luz creciente que venía de arriba. Cuando pasé los 41 metros sin una parada de descompresión, sentí un calambre en la pierna. Sabía que esto era una advertencia, pero mi suministro de aire se estaba reduciendo peligrosamente. Decidí ir a 20 metros y quedarme allí todo el tiempo que pudiera descomprimirme, luego, cuando hubiera terminado el aire de mis tanques, soltaría mis tanques y saldría a la superficie con mi último aliento. (...)
Llegué a los 20 metros con 375 PSI e hice todo lo posible para respirar lenta pero constantemente. Podía sentir el nitrógeno hirviendo en mis pulmones. Después de unos 10 minutos se hizo más difícil respirar, mi mente se había aclarado y me sentía cansada pero alerta. Comencé a soltar mis tanques cuando recordé el Excitador atado en mi vagina. No quedaba otra opción. Tiré de la manguera y la arranqué rastrillándome el clítoris mientras pasaba por debajo de mi traje; Solté una mueca mientras se retiraba. Con eso hecho, aspiré el último aliento de aire del tanque, era poco profundo pero tendría que llevarme a la superficie. (...)
Con mi pecho hinchado por el último soplo de aire, solté mi cinturón de lastre y lo até a través de mi correa para el hombro y dejé que toda la carga del equipo subiera hacia la superficie. Con mi suministro de aire agotado, estaba sola. Luego comencé un ascenso de emergencia controlado, acelerando mi velocidad para subir lo más lentamente posible después. Mientras tanto, dejaba que el exceso de aire saliera de mi boca a medida que disminuía la presión del agua circundante, tenía que controlar esto con cuidado o podría romper mis pulmones. (...)
La superficie se volvió más brillante mientras multaba constantemente hacia arriba, mis pulmones comenzaron a arder por el aire viciado, pero sabía que tenía que aguantar. Trabajé los músculos de mi pecho tratando de expulsar el aire fresco que acechaba profundamente en mis pulmones. Hasta ahora no sentía señales de curvas. Con suerte, la inmersión relativamente corta combinada con el tiempo que pasé a 20 metros sería un perfil de inmersión lo suficientemente seguro. Comencé a sentir el agua de la superficie más cálida correr a lo largo de mí cara a medida que me acercaba a la superficie. Segundos más tarde emergía y respiraba profundamente mientras flotaba sobre mi espalda tomando el sol de la tarde. (...)
Después de unos minutos nadé hasta el bote y me subí, me puse a recoger mi equipo y luego me dejé a la deriva mientras me quitaba el traje de neopreno y mis pechos se liberaron como "Jack in the Box". Mi piel está grabada con un patrón de gofres del traje ajustado. Me puse la parte inferior de mi bikini y me zambullí con mis tetas desnudas para darme un refrescante baño antes de regresar al puerto."
(Extractos escogidos y traducidos de un viejo texto escrito por "Kathy T" en un foro de Aquafans por los años '90)
Disfrútenlo.
